Título original: Edward Snowden y el programa de espionaje inconstitucional de Estados Unidos
Por Amy Goodman
Rebanadas de Realidad - Democracy Now, New York,
14/06/13.- Edward Snowden admitió públicamente esta semana ser el responsable
de lo que podría ser la filtración más importante de documentos secretos del
gobierno en la historia de Estados Unidos. El ex funcionario de la CIA y
analista de la empresa privada de consultoría de inteligencia Booz Allen
Hamilton habló en Hong Kong con Glenn Greenwald, del periódico The Guardian,
con la cineasta independiente Laura Poitras y con Barton Gellman, del
Washington Post. Snowden les proporcionó pruebas fehacientes de que el gobierno
de Estados Unidos, principalmente a través de la Agencia de Seguridad Nacional
(NSA, por sus siglas en inglés), está llevando a cabo un amplio programa de
vigilancia y espionaje a nivel mundial y, lo que es quizá más controvertido, de
prácticamente todos los ciudadanos estadounidenses, por fuera de las
atribuciones constitucionales.
La condena mundial a Snowden ha sido implacable y no
se hizo esperar. Jeffrey Toobin, especialista en asuntos jurídicos, rápidamente
publicó en su blog que Snowden es “un gran narcisista que debería estar preso”.
Los columnistas del New York Times se sumaron. Thomas Friedman escribió: “No
creo que Edward Snowden, el responsable de haber filtrado todo este material secreto,
sea un informante heroico”. Su compañero David Brooks realizó un psicoanálisis
especultativo de Snowden, al opinar: “A pesar de que, obviamente, es muy
inteligente, no le fue muy bien en la secundaria ni en la Universidad”,
escribió Brooks.
La trayectoria educativa de Snowden llamó
especialmente la atención de los políticos. En una reciente audiencia del
Comité de Asignaciones del Senado, varios senadores, entre ellos el senador
progresista del Partido Demócrata Dick Durbin, de Illinois, interrogaron en un
tono extremadamente amable al Director de la NSA, el General Keith Alexander, y
a otros funcionarios. Los senadores se hicieron eco de la incredulidad
planteada por Brooks en cuanto a que alguien que ni siquiera terminó
formalmente la escuela secundaria pudiera engañar a todo el aparato de
inteligencia de Estados Unidos. El general Alexander confesó: “En el ambiente
de la informática, en el ambiente cibernético, los tipos como él tienen
tremenda capacidad para manejar las redes. Ese era su trabajo en gran medida.
Administraba los sistemas informáticos dentro de esas redes desde 2009 o 2010.
Tenía grandes capacidades en esa área, pero no servía para otras cosas. Tenemos
que analizar los diferentes procesos, la vigilancia de esos procesos y determinar
en qué fallaron”.
El legendario informante Daniel Ellsberg respondió a
las críticas contra Snowden: “En mi opinión, no ha habido en la historia de
Estados Unidos una filtración tan importante como la publicación de Edward
Snowden del material de la NSA, ni siquiera mi filtración de los documentos del
Pentágono hace 40 años. La filtración de Snowden nos da la posibilidad de
recuperar una parte fundamental de lo que ha significado un ‘golpe del Poder
Ejecutivo’ contra la Constitución de Estados Unidos”, escribió Ellsberg.
La histórica filtración de Snowden reveló lo que él
denomina una “arquitectura de la opresión”: una serie de programas de
vigilancia ultrasecretos que van más allá de lo que ha sido conocido
públicamente hasta la fecha. El primer documento revelado fue una orden del
Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera de Estados Unidos que
solicitaba a una sección de la empresa de telefonía Verizon que entregara
“todos los registros detallados de las llamadas telefónicas” de sus clientes realizadas
desde Estados Unidos hacia el extranjero y de las llamadas dentro de Estados
Unidos, incluso las llamadas locales. Otro de los documentos era una
presentación de diapositivas que revelaba un programa conocido como “PRISM”,
que supuestamente autoriza a la NSA a tener acceso no autorizado a todos los
datos privados almacenados en los servidores de grandes empresas de Internet
como Microsoft, AOL, Skype, Google, Apple y Facebook. Esto incluye los correos
electrónicos, los chats, las fotografías y la transferencia de archivos, entre
otros.
Snowden también hizo pública la Directiva política
presidencial número 20, un memorando ultrasecreto del Presidente Barack Obama
que ordena a las agencias de inteligencia de Estados Unidos a hacer una lista
de blancos de ataques cibernéticos de Estados Unidos. Finalmente, publicó
pruebas del programa denominado “Boundless Informant” (Informante sin
fronteras), que crea un mapa que detalla los países de donde provienen los
97.000 millones de registros electrónicos interceptados y recopilados por la
NSA en marzo de 2013. Entre los principales blancos del plan de espionaje se
encuentran Irán, Pakistán, Egipto y Jordania. El mapa filtrado utiliza los
colores rojo, amarillo y verde para clasificar a los países según el nivel de
comunicaciones interceptadas. En marzo del año pasado, Estados Unidos aparecía
en el mapa con color amarillo, lo que significa que la NSA interceptó alrededor
de 2.900 millones de comunicaciones dentro del país.
La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles
(ACLU, por sus siglas en inglés) entabló una demanda inmediatamente después de
que se revelaran los programas, alegando que la “práctica es similar a robar la
libreta de teléfonos de todos los estadounidenses, con anotaciones que detallan
con quiénes hemos hablado, cuándo, durante cuánto tiempo y desde dónde. Esta
práctica le da al gobierno un amplio registro de nuestras asociaciones y
movimientos públicos y le revela una gran cantidad de detalles sobre nuestra
vida familiar, política, profesional, religiosa e íntima”, sostuvo la ACLU.
El abogado de la ACLU, Alex Abdo, afirmó: “En virtud
de este programa, las agencias de inteligencia espían una gran cantidad de
información sin precedentes. Están literalmente rastreando cada llamada que se
realiza en el país y la Constitución simplemente no permite al gobierno hacer
eso. Si el gobierno tiene motivos para pensar que un determinado ciudadano
estadounidense es sospechoso de cometer un delito, entonces debería perseguir a
esa persona para que sea investigada o vigilada, pero no debería vigilar en
forma indiscriminada las llamadas de millones de estadounidenses inocentes”.
En este preciso momento, Edward Snowden está oculto.
Supuestamente aún está en Hong Kong, donde le dijo al periódico South China Morning
Post: “No estoy aquí para ocultarme de la justicia, estoy aquí para denunciar
la delincuencia”. En la entrevista con Greenwald y Poitras, Snowden habló de
sus motivos para realizar las filtraciones: “Desde mi escritorio tenía el poder
de escuchar las conversaciones de todo el mundo, desde ustedes o su contador,
hasta un juez federal o incluso el Presidente si tuviera su correo electrónico
personal. …No nos corresponde a nosotros decidir sobre estas cosas. Es la
población la que debe decidir si estos programas y políticas son correctos”.
Denis Moynihan colaboró en la investigación
periodística para la producción de esta columna.
Fonte: Rebanadas
de Realidad
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